26 may 2019

Los amos de la viña


La foto que ilustra la entrada de hoy es de hace dos domingos, y en su momento me pasó inadvertida. En ella se vé a Ximo Puig junto a Manolo Mata (más factótum que vicesecretario de los socialistas valencianos), este último ataviado al estilo "Rodiezmo-sport", y bajo un eslógan: «la fiesta de la democracia y la libertad». Impertinente cuanto menos, viniendo de quien viene, pero que no es una frase típica elegida porque sí. Es de lo más fino de entre todo lo que han propalado desde antes de las generales.
Es irritante, por mendaz, abrir un sobre y que un tarjetón te plantee —textualmente— la disyuntiva de si prefiero vivir en unas calles cada día más libres o volver a hace cuarenta años. En un estado que lleva cuatro décadas, si no de democracia plena, sí por lo menos de elecciones puntuales, y casi de multipartidismo, estos chantajismos sentimentales a mí me parecen ofensivos.

Son, en definitiva, los dóbermans de toda la vida, aseados para la ocasión. El frente tuitero; y sobre todo, su batería de terminales propagandísticos, del estilo Carma Chaparro y compañía (no quiero ensuciarme más la boca) han cumplido éstos meses sus objetivos electorales. El miedo guarda la viña. La viña es España, y el amo el P.S.O.E., que la estrujará en su propio provecho en este cuatrienio que se nos avecina. Perdieron momentáneamente la Junta pero no se iban a quedar sin el resto.
Y a todo esto se suma el último servicio que hizo Rubalcaba al partido, aprovechándolo como sólo ellos saben, catapultándose a las pantallas y altavoces de nuestro país durante dos largos días.

Este rearme socialista ha traído una baja remarcable. El votante de Podemos no es el del P.S.O.E., que es el más lanar de todos, si no que éste es algo menos acrítico, y una vez pasada la prueba de las generales y visto que el león de VOX al final no ha sido para tanto... A Pablo Iglesias Turrión ya no se las pasan como antes, y es que el peso de La Navata... son muchas toneladas eso.
Pero en fin, a mí no me calma que baje Podemos si con eso sube un P.S.O.E. "largocaballerizado" peor que en tiempos del aborrecible Zetapé.

En el centroderecha, que es decir el Partido Popular (porque los otros no lo son), hacen como que no se quieren enterar de en qué estado clínico están como partido y como marca electoral. Siguen como si nada, y se las prometen muy felices en muchas plazas, sumando entre tres y contando con eso que llaman extrema derecha y que tanto desprecian salvo a la hora de sumar y constituir. Y está por ver cómo se porta Ciudadanos visto como se pusieron en la Junta de Andalucía.
Algunos se han mantenido, más por nombre y trayectoria que por siglas, como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre Prados; y otros como Martínez-Almeida o Isabel Díaz Ayuso en el ayuntamiento y la autonomía madrileñas, que están entre lo más salvable del P.P. a día de hoy. Pero son triunfos si es que cuentan con el visto bueno de Ciudadanos.

En el lado opuesto, Joan Ribó, por su estilo moderado para lo que es su corriente (yo lo prefiero al P.S.O.E.), se mantiene y algo sube. Es normal que se le vea moderado en comparación a Sánchez.
Por historial era lógico que Carmena fuera desalojada, como el de Zaragoza, y puede que la Colau quede relegada a un segundo plano (a pesar de cómo ha dejado Barcelona).

Ser un "friki" también tiene a veces su recompensa. Kichi (mentando esta misma noche fusilamientos y tirabuzones, pero sin chalé en Galapagar), o el de las anchoas, por citar los más destacados, mantienen o incluso mejoran los datos en sus feudos.
Y un dato imperdible: en Onteniente (Valencia), el hasta ahora alcalde por el P.S.P.V., miembro del partido hasta abril y porque lo echó el partido, Jorge Rodríguez Gramage, detenido en una operación anticorrupción de la U.D.E.F. en junio del año pasado, se lleva en estas elecciones con su nuevo partido "La Vall Ens Uneix" tres cuartas partes de los asientos en ese consitorio y la práctica totalidad del voto socialista en ese municipio. Esa es una muestra del grado de intolerancia a la corrupción que tiene el votante socialista tipo.

En fin, entre el azuzamiento a los votantes izquierdistas, la debilidad mental del general, así como el amedrentamiento a parte de los que votaron a VOX por los franeleros (como les llaman en Perú y otros países de la América Hispana) del P.P. (no vamos a decir nombres), el retorno de los socialistas estaba servido.
Dice Sánchez que no quiere que retrocedamos cuarenta años, y yo tampoco quisiera volver. No quiero que me coja la época del G.A.L. Por edad yo me salvé, pero Segundo Marey no pudo decir lo mismo.

5 may 2019

Yo sólo veo una derecha


Sabía yo, como muchos, que más pronto o más tarde lo acabarían haciendo, pero no que Casado iba a tardar tan poco, pues no le ha faltado ni una semana para insultar a VOX —porque el ánimo es claramente injuriante— con el calificativo de que son "extrema derecha", y hasta hace tan sólo diez días le parecían aptos para formar gobierno, tal y como ha venido manteniendo desde principios de año.

¿Verdad que no se le ha ocurrido ahora pensar eso, fruto de una pataleta por la bajada de votos? El feo gesto, aparte de ser una guarrada por venir de quien viene e ir hacia quien va, va a servir para poco, porque con lo que les han dicho desde todos lados a VOX no sé si es que piensan así darle la puntilla al nuevo partido a estas alturas; porque claro, si les llama extrema derecha el P.P. —¡el P.P.!—, entonces es que son Satanás, el opuesto, lo peor de lo peor.
Que es en el fondo lo que piensa de VOX también la C.O.P.E., su locutor estrella (como ya dejó entrever a finales del año pasado ante las cámaras de la Sexta), y por supuesto lo piensa el grueso de los cuadros y figuras del Partido Popular, tanto de primera fila como de segunda. Lo piensa por ejemplo, una Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, pero que es más lista, sonríe, se lo calla y sale por peteneras y liberaleces. Y también lo piensa un Feijóo, que como buen separatista, es más primario y no se lo sabe callar, a pesar de ejercer de taimado.

No resulta curioso que tenga esa crítica tan acerada hacia VOX por el fracaso en número de escaños (aritmética electoral), pero no hacia Ciudadanos, que no han salido nada mal parados de estas elecciones. Y creo que puedo afirmar que Ciudadanos también se ha llevado un buen pedazo de los votos que antes iban al P.P. —que iban al P.P., pero no del P.P., porque los votos son de los votantes—. Ciudadanos, que tiene un número respetable de curules, es un grupo al que hay que tratar con más tiento, se les va a necesitar sí o sí. Además ya saben cómo se las gasta. En 2016 se ofrecen a Sánchez, antes lo hicieron con Susana Díaz. Les apoya aquí, les chantajea en las autonomías madrileña y murciana... con varas de medir para cada ocasión...
Y en cambio, VOX es, por resultados, un compañero de viaje momentáneo, pero decididamente inflexible y que se prevé hostil.

Mientras VOX te sirve para salir elegido presidente de la Junta de Andalucía, o formar gobierno, buena modos y buena cara, aunque en el fondo P.P. y Ciudadanos estáis toreando a VOX desde el minuto uno en Andalucía. Como utilizó Patxi López a Basagoiti, callado y poniendo la cama. Pero así es el P.P.: cobarde con los fuertes y despiadado con los que están en inferioridad. Es la marca Rajoy. Si no ha cambiado nada.
Me cuesta creer que Pablo Casado sea tan simple por no decir tonto, como para haber emitido tal exhabrupto. Y dudo que sea por presiones. Lo que sí me creo más fácilmente es que siguen por la vía de tomar a su electorado por imbécil.
En el fondo estamos en las mismas de siempre. Los Marotos y compañía que se creen que el voto de derecha (o centro-derecha como dicen ellos porque derecha a secas les da miedo) les pertenece en régimen de monopolio, y ay de aquél que se lo dispute, que éstos no sacan al dóberman pero sí a las chihuahuas.
Y el escozor es mayor cuando el nuevo que les saca los colores ha nacido de una costilla suya.
Así las cosas, con un P.P. que declaradamente se ha alineado con todo el establecimiento mediático calificando a VOX de extrema derecha (cuando no lo es, si no derecha sin más), no queda otra que dejar de considerarlo derecha para pasar a catalogarlo como lo que lleva siendo desde hace tiempo: un centro, relativamente social, civilizado en las cuestiones del consenso usual, y constitucional por que lo manda la constitución. Y en ése caladero... les acabará ganando Ciudadanos, a no tardar.

Yo, sólo veo una derecha, aunque los beodos nos quieran hacer creer que la podemos ver triple.